La espiral de la vida-cómo reconocerla y usarla para crecer
“El camino no es una línea recta; es una espiral. Continuamente regresas a cosas que pensabas haber entendido, y ves verdades más profundas.” – Barry H. Gillespie
La vida da muchas vueltas. Creemos que estamos más allá de alguna situación, y nos volvemos a topar con alguna situación que nos recuerda el pasado, o vemos que alguien está haciendo algo que siempre hemos querido hacer y caemos en la trampa de la comparación.
Hace algunos años hice un ejercicio de una caja de arena. Fue parte de mi educación para ser terapeuta, y fue algo muy impactante y revelador. En dicho ejercicio, pones objetos en una caja de arena, y poco a poco vas creando una historia. Cada pieza que escoges y dónde lo posicionas, tiene algo que ver contigo y con tu historia personal. Al momento de terminar el ejercicio, con lágrimas en los ojos y con sentimientos encontrados, mi profesora me explicó un concepto que a la fecha me mueve. Con el paso de los años, conforme crecemos y tenemos más experiencias, la vida va caminando como en forma espiral. Nadie lleva un camino recto. Es justo este concepto lo que te quiero compartir.
Puedes haber perdonado algo, a lo mejor lo superaste, y seguiste por tu camino, pero conforme pasan los años lo vuelves a enfrentar y ahora ves la situación con una mirada distinta, con otra perspectiva y con más experiencia propia. A veces incluso tienes que volver a perdonar a gente que te lastimó, perdonarte a ti misma, o a una situación porque ahora lo ves del otro lado de la espiral. No sabemos cuándo vamos a toparnos con algún recuerdo o una situación que nos hace revivir algún momento. Parte del crecimiento como seres humanos es poder darle la vuelta, honrar la experiencia que vivimos, perdonar, sentir plenamente la emoción en el momento y seguir adelante. Pero, ¿cómo?
“El progreso no ha seguido una línea recta ascendente, sino una espiral con ritmos de progreso y regresión, de evolución y disolución.” – Johann Wolfgang Goethe
Cuando te encuentras en una situación que te está causando recuerdos incómodos, que te llena de sentimientos encontrados de algo que viviste, lo más probable es que estás viviendo esta experiencia de la espiral de la vida. Justo en ese momento, respira profundamente y contesta las siguientes preguntas:
- ¿Qué fue lo que pasó? – Sé honesta contigo misma. ¿Cuál fue la experiencia? ¿Cómo lo ves en este momento? ¿Tiene el mismo peso o lo ves distinto?
- ¿Qué necesito hacer en este momento para honrar esa experiencia? – ¿Qué puedes hacer para aceptar la experiencia tal cual, honrar lo que viviste y también ser auténtica en la nueva perspectiva? Analiza tu nueva perspectiva. ¿Hay algo de lo que viviste que no notabas anteriormente? Imagínate viendo la situación desde otro ángulo. Imagínate justo parada en una espiral, y viendo la situación quizás del lado o de espaldas. ¿Cómo te cambia la perspectiva ver la situación ahora?
- ¿Necesito volver a perdonar a alguien? ¿Todavía sientes algún rencor? ¿Te movieron las emociones volver a recordar aquella situación? Perdona.
- ¿Qué es lo que sé ahora que no sabía en ese momento de mi vida? Ahora tienes más experiencia, has vivido más. Con ese conocimiento que tienes ahora, ¿cómo cambia tu opinión, sentimiento, o parecer de la situación?
- ¿Cómo puedo usar esa parte de mi historia como algo positivo en mi plan de vida? Con una nueva perspectiva, quizás tienes nuevas lecciones aprendidas. ¿Cómo puedes usar ese conocimiento para ayudar a otra persona que quizás está pasando por algo similar?
Puede ser una relación rota, puede ser algún trauma que viviste, o puede ser simplemente un recuerdo de tu infancia. Sea lo que sea, puedes verlo de otra manera, ahora que pasó el tiempo y tienes otra perspectiva. Puedes perdonarte a ti misma, y puedes perdonar a la persona o la situación. El perdón a veces es algo que se tiene que repetir conforme pasa el tiempo—no por la otra persona, sino por tu propio bien, y no es algo que tengas que decirle a la otra persona. Es un proceso que tú tienes que vivir, y tienes que experimentarlo y completarlo en tu mente y en tu corazón. No es necesario compartirlo con alguien, incluso si ha pasado mucho tiempo desde lo que ocurrió, puedes causar más daño y puedes volver a abrir situaciones que no necesitan eso. El perdón ocurre cuando tienes la capacidad de perdonar sin tener que decirle a la otra persona.
Si durante el proceso de volver a visitar un recuerdo de tu pasado tienes sentimientos encontrados, utiliza el ejercicio de journaling (escribir en un diario) para sacar tus pensamientos y sentimientos al respecto. Saca todos tus pensamientos en el papel, y al final del ejercicio, vuelve a plantear la situación desde otra perspectiva, ahora viéndolo con otros ojos. ¿En qué te sirvió? ¿Qué aprendiste que podrías compartirle a otra persona que esté pasando por algo similar?